La mayor parte de los paisajes que nos encontramos en las tierras de REINO DE LEÓN son una mezcla de elementos naturales y antrópicos.
Lo fundamental del paisaje es que es algo dinámico y cambiante. El mismo paisaje en diferentes estaciones es otra versión de sí mismo y, en distintos años en los que se produzca algún cambio en los elementos que lo conforman, pasa a ser uno nuevo. Viajando a través de las páginas de esta guía, el paisaje será visto como el lienzo de un cuadro, con sus elementos, colores y formas, pero será cada uno de los visitantes quien debe afrontar la labor de interpretar su composición.
Desde un punto de vista natural, los dos grandes ríos han sido los agentes principales que han modelado el paisaje. De norte a sur los ríos Esla y Órbigo, surcan el territorio como nervios llenos de vida, sus terrazas fluviales y riberas más amplias hacia el sur, han sido generosas con los cultivos, la agricultura y otras actividades económicas, además de componer bellas estampas paisajísticas.
Las tierras entre ambas riberas presentan el aspecto de Páramo con escasas y suaves cuestas. Los colores verdes y los pardos, según la estación y el tipo de cultivo, intentan cubrir el ocre de la tierra, una tierra arcillosa e impermeable, predominantemente llana.
En tiempos pasados debían abundar en las extensas zonas cultivadas los bosques de encinas, quejigos y rebollos. Se conservan algunos constituidos por encinas, rebollos o por ambos. Junto a ellos, las choperas, fruto de los aprovechamientos madereros introducidos en el siglo pasado.
Ribera del Esla
Esta unidad comprende una extensión longitudinal, de norte a sur, siguiendo el eje del río y localizada en el límite este de
Reino de León.
En el paisaje destacan las líneas horizontales, rotas por las cuestas que delimitan la ribera, y el río como hilo con ductor. Un intenso poblamiento
y las crecientes infraestructuras se suman a este paisaje. La zona de inundación
está ocupada por vegetación de ribera, árboles y arbustos. Son lugares idóneos
para el paseo, con una abundante vida animal y vegetal. Las terrazas están
ocupadas por cultivos de regadío (tubérculos, cereales, etc.) Junto con
choperas, también cultivadas. Los cultivos de regadío hacen que el mismo paraje
tenga dos “versiones” distintas: antes y después de la cosecha. Los diversos
tipos aportan, además, viveza y dinamismo al paisaje. El cromatismo es
importante en otoño por las diferentes tonalidades de suelos, árboles y
cultivos. Es una época a destacar en la que el paisaje vira a diferentes
tonalidades que van pasando de los verdes intensos a tonalidades amarillentas y
marrones. Una vez pasado el periodo otoñal el visitante se encontrará con
tierras de cultivo acondicionadas para la próxima siembra en la siguiente
primavera. Los árboles desnudos, tanto los de ribera como los cultivos de chopo,
son una muestra más de la capacidad de mutar del paisaje.
Páramo Leonés
Es una unidad definida por el río Esla al este y por el Órbigo al oeste. Destacan las líneas horizontales y las suaves pendientes, como corresponde a una pequeña meseta entre los dos grandes ríos. Pequeños valles, rompen la horizontalidad y añaden variedad al paisaje.
Las diferencias entre el norte del Páramo y el sur tienden a difuminarse, el incremento del regadío hará que desaparezcan en los próximos años buena parte de los cultivos de secano. El regadío supuso un cambio brusco para el paisaje y para la forma de vida.
En el paisaje dominan unos u otros colores según la época del año. En algunos casos siguiendo el paso de las estaciones y las condiciones climáticas y en otros influidos por el estado de desarrollo de unos pocos cultivos de regadío. Los monocultivos de los últimos años acentúan la mutación del paisaje en épocas muy localizadas del año pero también crean monotonía. Predomina el monocromismo
y el viraje en los colores se produce de manera uniforme.
Ribera del Órbigo
Esta ribera delimita el área de Reino de León por el oeste. Al igual que ocurre con la ribera del Esla forma un eje norte -sur.
Destaca la gran presencia de cultivos de regadío y elementos antrópicos, fruto
de la temprana ocupación de estas vegas fértiles por el hombre. El agua y el río
son los principales elementos que configuran el paisaje. Junto a ellos, una
intensa ocupación humana que se traduce en un conglomerado de pueblos y villas
de vistosos colores y formas. Al igual que en el Esla, el cauce, la ribera del
río y las terrazas son elementos con características propias que juntos componen
el paisaje de la ribera. En la zona más al norte destacan praderas, cultivos de
maíz, de lúpulo, de legumbres y hortalizas y de chopos. En la parte sur se
reduce la superficie ocupada por las praderas y se incrementan las tierras de
cultivo. Los diferentes colores se suceden con las estaciones aportando un
cromatismo en verano y otoño. Además de los colores, la textura de cada tipo de
cultivo aporta otros elementos enriquecedores.
Reino de León Calidad Rural
Marca de Calidad Terrirotial del GAL POEDA POEDA, Páramo Órbigo Esla Desarrollo Asociado
C/ Ferrera, 12
24240 Santa María Del Páramo (León)