Una de las construcciones común en muchos municipios de Reino de León es el molino. Su importancia histórica como actividad de transformación de los cereales para obtener harinas o del lino para aceite es indiscutible a lo largo de varios siglos.
Algunos de ellos han sido utilizados posteriormente como fábricas de luz, pero la mayoría se encuentran abandonados. En la actualidad hay algunos molinos en los que la maquinaria funciona y aún son utilizados para la molienda. Se identifican fácilmente, ya que se construyen próximos a los cursos de agua, estando frecuentemente los cimientos apoyados en los márgenes de la acequia, arroyo o riachuelo.
La diversidad y variedad que se observa en los molinos viene dada fundamentalmente por su tamaño y por los materiales de construcción. La vivienda del molinero se hallaba normalmente asociada al molino. Los materiales de construcción varían desde el adobe y tapial, hasta el ladrillo o el canto rodado, combinados con maderas.
Otra construcción tradicional muy característica de Reino de León son las bodegas, construidas, sobre todo, en la primera mitad del siglo XIX.
Pueden estar ubicadas en el interior de las casas o exteriormente, en las afueras del pueblo y alineadas de una manera muy peculiar e integradas en el paisaje. Estas últimas reciben el nombre local de cuevas. En todo el ámbito de actuación de Reino de León, la diversidad de estas construcciones es muy alta. La construcción comienza con un corte en el terreno, constituido por un agujero, en forma de arco de medio punto. Las ventanas son excavadas desde dos lugares distintos, interior y exterior de la bodega, hacia un punto en el que confluyen. Son necesarias para la aireación de la bodega, evitando que se acumulen gases y para facilitar el endurecimiento de la arcilla.
La tierra y los otros materiales extraídos se colocan sobre la bodega, en forma de cono, con el fin de aumentar la pendiente y reducir las infiltraciones. Las bodegas construidas en una misma loma o en terrenos próximos pueden tener comunicación entre ellas. Funcionalmente, las bodegas están diseñadas para la elaboración y la conservación del vino. Las dimensiones y la estructura interior varían en función de la producción vinícola, pero siempre existen varias estancias, como nichos o salas independientes para el almacenamiento del vino de distintas cosechas, lagar para la extracción del mosto de la uva y, en algunos casos, pozos que suplen las necesidades de agua de la bodega.
Suelen contar con dos accesos: uno para la descarga de la uva y otro por el que se accede a las distintas dependencias de la bodega. El primero es un túnel excavado en terrenos pendientes y con una capa impermeable de arcilla compacta.
Los palomares. Son otra construcción tradicional común en el territorio de Reino de León. Los primeros testimonios escritos de su utilización datan de los siglos XI y XII donde aparecen como parte integrante de las villas de la época.
Se siguieron construyendo en abundancia hasta el siglo pasado, siendo un importante componente de la economía tanto por las aves (alimentación y caza), como por la palomina, el excremento de las palomas, utilizado como fertilizante por sus excepcionales cualidades. Existe una gran variedad de palomares que se pueden agrupar, según la forma de la estructura, en los siguientes grupos: circulares, cuadrados, rectangulares, poligonales y mixtos. Además se pueden distinguir según tengan patio o no. Los más habituales son los rectangulares.
Externamente, los palomares presentan formas geométricas y cuentan también con otros elementos como pináculos, troneras y otros adornos hechos de materiales cerámicos, ladrillos o tejas. Estos elementos no sólo cumplen una función estética, sino que son importantes para el desarrollo de la actividad de las palomas, pues son salientes en la estructura del tejado y aleros, donde las palomas pueden posarse. En el interior del palomar pueden existir una o más plantas, en las que se sitúan los nidales, huecos construidos en las paredes, donde viven las palomas.
Además, no hemos de olvidar algunos otros elementos como los colmenares, las casetas con los aperos de labranza, la mayor parte de ellas en desuso, las norias utilizadas para extraer agua y regar los cultivos, y otros muchos que sorprenderán al visitante por su buen estado de conservación. Todos estos elementos salpican el paisaje y se hallan integrados en él por los materiales con que se construyen y la antigüedad que poseen.
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